¿Qué es la influenza?
Es una enfermedad respiratoria
aguda comúnmente conocida como “gripa” causada por una infección por el virus
de la influenza. La enfermedad afecta el tracto respiratorio superior o
inferior y se acompaña de signos y síntomas sistémicos como fiebre, dolor de
cabeza, dolores musculares y debilidad. La enfermedad es común en la temporada
invernal.
¿Quiénes pueden ser afectados por
la enfermedad y como se produce esta?
La influenza puede afectar a
personas de cualquier edad. Aun cuando la mayoría de las personas se curan al
cabo de unos días, algunas personas pueden enfermarse gravemente y pueden
necesitar ser hospitalizadas. La influenza puede llevar a la neumonía o incluso
la muerte.
¿Quién produce la enfermedad?
El agente causal de la enfermedad
son los virus de la Influenza pertenecientes a la familia de los
Ortomixoviridae. Los virus de la influenza se dividen en tres tipos, llamados
A, B y C. Los tipos de influenza A y B son los responsables de las epidemias de
enfermedad respiratoria que se producen casi todos los inviernos y que con
frecuencia están asociados con un aumento en los índices de hospitalización y
de muertes. Los esfuerzos para controlar el impacto de la influenza se centran
en los tipos A y B. El tipo C de influenza generalmente produce enfermedades
respiratorias leves o incluso no provocan síntomas. No causa epidemias y no
origina los graves problemas de salud pública que causan los tipos A y B de
influenza. Los virus de la influenza tienen mutaciones o cambios continuamente,
con lo que consiguen eludir al sistema inmunológico de sus huéspedes. Esto hace
que las personas sean durante toda su vida susceptibles a la infección por
influenza.
¿Cómo se trasmite la enfermedad?
El virus de la influenza
generalmente pasa de persona a persona por transmisión aérea (por ejemplo, por
la tos o los estornudos). Pero el virus también puede vivir durante cierto
tiempo sobre objetos como las manijas de las puertas, lápices o plumas,
teclados, receptores del teléfono y utensilios para comer o beber. Por lo
tanto, también se puede diseminar al tocar algo que ha sido tocado por una
persona infectada con el virus y después tocarse la boca, la nariz o los ojos.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas más comunes de la
gripa son los siguientes, sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de
una forma diferente. La influenza se clasifica entre las enfermedades
respiratorias, pero en realidad todo el cuerpo se altera cuando la persona se
infecta. Las personas afectadas suelen ponerse muy enfermas y padecen todos o
algunos de los síntomas siguientes:
• Fiebre alta.
• Dolor de cabeza.
• Nariz tapada.
• Estornudos ocasionales.
• Tos, que a menudo es fuerte.
No existe un tratamiento
específico para la gripa y el tratamiento indicado por el médico dependerá de
las siguientes condiciones:
• Edad, su estado general de
salud y su historia médica.
• El tipo de influenza, qué tan
avanzada está la enfermedad y la gravedad de los síntomas.
• Su tolerancia a determinados
medicamentos, procedimientos o terapias.
• Sus expectativas para la
trayectoria de la enfermedad.
• Su opinión o preferencia. El
objetivo del tratamiento de la influenza es ayudar a prevenir o disminuir la
gravedad de los síntomas. El tratamiento puede incluir lo siguiente:
• Medicamentos para aliviar los
dolores y bajar la fiebre (no se debe dar aspirinas a los niños con fiebre sin
consultar antes con un médico).
• Medicamentos (para la
congestión y las secreciones nasales).
• Reposo en la cama y aumento de
la ingestión de líquidos.
• Medicamentos antivíricos - si
se inicia su administración dentro de los primeros días de tratamiento pueden
reducir la duración de la enfermedad, pero no curarla. Se han aprobado cuatro
medicamentos: amantadina, rimantadina, zanamivir y oseltamivir. Estos
medicamentos pueden conllevar algunos efectos secundarios como nerviosismo,
mareos o náuseas. Se advierte a las personas con asma o enfermedad pulmonar
obstructiva crónica acerca del uso de zanamivir. La resistencia viral a estas
drogas puede variar. Algunas drogas pueden ser ineficaces si las cepas virales
han desarrollado resistencia. Estos medicamentos deben ser recetados por un
médico.
¿Cómo prevenir la gripa?
Todos los años, en el mes de
septiembre, se presenta una nueva vacuna contra la influenza. La vacuna se
suele recomendar para grupos específicos de personas (ver más abajo), así como
para las personas que quieren evitar contraer la gripa. Además, se han aprobado
tres medicamentos antivíricos (amantadina, rimantadina y oseltamivir) para el
tratamiento preventivo de la gripa. Estos medicamentos son de venta bajo receta
y debe consultarse a un médico antes de utilizarse cualquier medicamento para
prevenir la gripa. También puede resultar de ayuda seguir las siguientes
precauciones:
• Evitar o reducir en lo posible
el contacto con personas infectadas.
• Lavarse las manos con
frecuencia puede disminuir, aunque no eliminar, el riesgo de infección.
• Al toser o estornudar es
necesario taparse la boca y la nariz con un pañuelo para reducir la
diseminación del virus.
¿Qué tan eficaz es la vacuna contra la gripa?
La
eficacia de la vacuna varía cada año, dependiendo del grado de similitud entre
las cepas del virus influenza incluidas en la vacuna y la cepa o cepas que
circulan durante la temporada de la influenza. Las cepas de la vacuna deben
seleccionarse 9 o 10 meses antes de la temporada de la gripa y, a veces se
producen mutaciones en las cepas de virus circulantes en el tiempo que transcurre
entre la selección de las cepas y la siguiente temporada de la influenza.
Esas mutaciones en ocasiones
reducen la capacidad del anticuerpo inducido por la vacuna para inhibir a la
nueva mutación del virus, con lo que se reduce la eficacia de la vacuna. La
eficacia de la vacuna también varía de persona a persona, dependiendo de
factores tales como la edad o el estado general de salud.
¿Cuáles son los
efectos secundarios de la vacuna contra la gripa?
El efecto secundario más
grave tras la vacunación contra la gripa es una reacción alérgica, que se puede
producir en las personas que tienen una alergia grave a los huevos. Por ello,
las personas alérgicas al huevo no deben recibir la vacuna contra la influenza.
¿Quién debería vacunarse contra la gripa?
La gripa causa complicaciones que
pueden transformarse en una enfermedad grave o resultar peligrosas para algunos
grupos de personas, como los ancianos y los que padecen alguna enfermedad
crónica. Por eso, se recomienda que los siguientes grupos de personas se
vacunen todos los años.
• Las personas mayores de 50 años
(la eficacia de la vacuna suele ser menor en los ancianos, pero puede reducir
de forma significativa las posibilidades de desarrollar una enfermedad grave o
de morir de influenza).
• Los niños de 6 a 59 meses.
• Las personas que viven en
residencias de ancianos y otras instituciones en las que se alojen enfermos
crónicos de cualquier edad.
• Los niños y adultos que
padezcan enfermedades crónicas pulmonares o del aparato cardiovascular,
incluidos los niños que tienen asma.
• Los niños y adultos que tienen
las siguientes condiciones médicas: o Enfermedades metabólicas crónicas (por
ejemplo diabetes), o Insuficiencia renal, o Inmunodepresión. O
Hemoglobinopatías.
• Niños y adolescentes (de entre
6 meses y 18 años de edad) que toman aspirina como terapia a largo plazo.
• Mujeres que serán embarazadas
durante la estación de la gripe. Además, deberían vacunarse los siguientes
grupos de personas:
• Personas que ofrecen cuidados
para la salud.
• Empleados de residencias de
ancianos y otras instalaciones para cuidados crónicos que tengan contacto con
los pacientes o residentes.
• Cuidadores a domicilio de personas de alto
riesgo.
• Miembros del hogar (incluyendo
los niños) que convivan con personas de los grupos de alto riesgo.
• Las personas de cualquier edad
que deseen reducir sus posibilidades de contraer una infección por influenza,
excepto las personas alérgicas a los huevos. Siempre consulte a su médico para
obtener información sobre quién debería vacunarse contra la gripa.
¿Cuándo es recomendable vacunarse
contra la gripa?
Se recomienda ponerse la inyección contra la
gripa todos los años, entre septiembre y mediados de noviembre, antes de que
empiece la temporada de gripas, que suele durar desde diciembre hasta abril. La
inyección tarda una o dos semanas en hacer efecto. Aunque existen muchos
medicamentos nuevos para tratar los síntomas de la gripa o incluso reducir la
duración de la enfermedad, la vacuna sigue ofreciendo la mejor protección
contra la gripa.
Si aun tienes dudas sobre este
brote, puedes consultar el siguiente video para estar mejor informado.
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